"

"
...EL MUNDO HA DE CAMBIAR DE BASE. LOS NADA DE HOY TODO HAN DE SER " ( La Internacional) _________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

14/5/18

¿HANNAH ARENDT CONTRA LA FILOSOFIA POLITICA?




Libro de Miguel Abensour (*)
 recension de Jean Claude Poizat ( 1)


Esta nueva obra de Abensour titulada Hannah Arendt contre la philosophie politique , presenta la obra de Arendt desde el punto de vista de su oposición a la filosofa y particularmente a la filosofa política, y se esfuerza por presentar la obra de Hannah Arendt con la frescura y radicalidad iniciales por encima de los intentos de recuperación, errores d e interpretación y atajos poco escrupulosos
 Como es sabido, Arendt, en una entrevista para la televisión alemana en 1964 (con Gauss, ), hizo estas declaraciones que parecen inapelables: “ yo no pertenezco al circulo de los filosofos”. Se responde asi a  la cuestión del   estatus del pensamiento de Arendt con una respuesta fácil: su pensamiento pertenecería mas bien ala teoría política que a la filosofía propiamente dicha.



Podríamos incluso ir mas lejos recordando como a los ojos de Arendt la filosofía parece, por naturaleza, algo extraño al dominio de la política : “ la filosofía occidental- escribe a su amigo Jaspers en una carta fechada en  1951- no ha tenido un concepto d e lo político porque no podía tenerlo”. ¿Se puede ser mas claro?  Peor  aun, añade que en lo que respecta a los acontecimiento del siglo XX y particularmente al totalitarismo: “la filosofía  no es completamente inocente” , diciéndolo en la misma carta a Jaspers de  1951 .
Al subrayar expresamente cómo Arendt era “antifilosofa”, Miguel Abensour, se desvía de los intentos de “canonizar” y “momificar” (por escoger sus propios términos) que tratan de hacer de la escritoras “uno d e los grandes filosofos políticos de nuestro tiempo”. Arendt  es así no solamente una filosofa de excepción sino una filosofa de la excepción. A ojos de Abensour es una pensadora de lo extraordinaria, d e lo imprevisible o  (“ unpredicability” como diría Arendt misma) , de una novedad radical, de la acción y la libertad revolucionaría.  Arendt se opondría radicalmente, según Abensour,  a cualquier conservadurismo tanto filosófico como político.
El primer filosofo político, el fundador, por así decir de la filosofía política occidental es según Arendt, Platón. Al considéralo  de esta manera  como ” padre fundador”, Arendt lo considera igualmente como el primer pensador por culpa de quien la filosofía política es victima de un profundo desprecio. Por decirlo de manera más exacta: es el fundador de la filosofía occidental como desprecio de lo político. Este desprecio  procede de una actitud de la que Arendt dice que es inherente al enfoque mismo de la filosofía en general y no atribuible únicamente al temperamento individual de Platón o de cualquier otro pensador. Es la actitud altiva y lejana, altitud de “mirar por encima del hombro que caracteriza  al “sabio” solitario que lanza una mirada condescendiente sobre las cosas de este mundo, sobre realidades sociales históricas y políticas que se juzgan incoherentes y absurdas. El mito de la caverna constituiría a este respecto el corazón  de la filosofía política de Platon, a contracorriente d e la filosofía del agora  homérica y de la concepción ateniense tradicional de la polis. Además Platón habría traicionado el pensamiento de su maestro. Sócrates, que se vinculaba estrechamente con la ciudad de Atenas. Sobre todo, lo que es el colmo de la paradoja para un pensador que se sitúa entre los grandes del “idealismo”, Arendt reprocha a Platón de ser una especie de pensador pragmático, o utilitarista al haber concebido las ideas como si fuesen normas técnicas que permitiesen construir la realidad política, fabricar la ciudad perfecta.

El libro de 1958, La condición humana, constituye, como lo recuerda M. Abensour (siguiendo en esto las huellas de Jacques Taminiaux en su obra La Fille de Trace et le penseur professionnel), una réplica especialmente  a Heidegger, y mas allá, por supuesto, y otra vez mas, a Platon. En lo que  a Heidegger concierne parece que Arendt le debe mas de lo que  ella misma admite aunque despegándose de él en lo esencial. Especialmente Arendt reprocha a Heidegger traicionar la inspiración primera de su pensamiento- una inspiración fenomenológica- para caer en el camino d e la filosofía tradicional que se empeñaba no obstante en criticar. El tema de la “ autenticidad  del Dassein, opuesto al carácter impersonal, conformista e inauténtico de la sociedad, resumido en la figura del “ se”, se encuentra en las antípodas de la verdadera filosofía política reivindicada por Arendt. Esta filosofía no puede ser más que fenomenológica, y vinculada a crear ese espacio de apariencia que los hombres construyen en la esfera social  con intercambios y opiniones. El libro de Abensour nos aclara igualmente sobre esta sorprendente proximidad-distancia entre Arendt y Heidegger ( a nivel teórico, por supuesto, dejando de lado la crónica amorosa).
Kant  beneficia, en el panteón filosófico de Arendt un estatus excepcional. Es, según ella, el único filosofo que   no traicionó el pensamiento político y el único que no cae en los errores,  ( las “ fallaces”) de la metafísica. “Kant, escribe Abensour, seria una especia de Sócrates de la época moderna”. Pero paradójicamente, es a través de la estética, (por la tercera Critica, la Critica del juicio)  por la que Arendt opta introducirse en la filosofía política de Kant   dejando aparte deliberadamente sus textos histórico-políticos, ( particularmente sus opúsculos sobre la historia). En realidad, ella identifica la filosofía política de Kant mas con una cierta forma de pensar que con una doctrina bien definida, como un pensamiento atento a   la pluralidad, a la colectividad de los hombres, mas que a  la coherencia lógica o la verdad material del pensamiento. La doctrina kantiana del juicio se apoya en particular sobre la doctrina del “pensamiento ampliado” ( Critica del Juicio  40): “Pensar poniéndose en lugar de otro  constituiría una doctrina eminentemente política de  una importancia decisiva al atender a  la intersubjetividad  como principio constitutivo del pensamiento. No obstante, como nos recuerda Abensour, la aplicación de la doctrina del juicio estetico al dominio de lo político no ha sido realmente a este respecto nunca desarrollado por Arendt . No ha escrito nunca un tratado sobre filosofía política que se inspirase en  estas premisas kantianas. ¿ Por necesidad o por accidente?. ¿ Pudo Arendt llevar a buen termino  su proyecto de otra filosofía política sin contradecir los presupuesto de su propio pensamiento?. Por otra parte, ¿ Seria Kant un “ filosofo político” a su pesar?¿ Se trata de pensar con Kant o contra Kant?. ¿Está entendiendo Arendt a Kant mejor que él misma se comprende? En resumen, el contenido del pensamiento político de Arendt  para quien  el arte y la política de “ se pertenecen mutuamente”, (Crisis de la cultura)se situaría en la tierra de nadie entre la estética y política,
Maquiavelo , ha salvado la política. Ha salvado el “valor”  e incluso el “heroísmo” como virtudes políticas por excelencia. Por supuesto, que conviene distinguir aquí entre el Maquiavelo de John Pocok y el de la vulgata filosófica que desdigan vulgarmente con el termino “maquiavélico” y que no tiene nada que ver con el autentico sentido de su pensamiento.


 Lejos de  hacer un elogio del cinismo en política, Arendt ve en Maquiavelo un remedio contra  aquella actitud que es el reverso político de la medalla idealista. Tanto es asi  que los grandes pensadoras  idealistas (comenzado por Platon, el primero de ellos), se han entregado  a la tiranía cuando han  tocado la política concreta ( Platon se entregó en diversas ocasiones al tirano Dionisio de Siracusa). Para Arendt, Maquiavelo es un gran pensador de la libertad moderna, un gran  pensador republicano.  En efecto, Maquiavelo no juzga tanto el valor d e los actos desde la perspectiva de su eficacia en términos de una concepción meramente utilitarista de la política ( en términos de medios-fines) , sino mas bien  en función de  la “ grandeza” y de la “ gloria inmortal” de esas acciones.  El político “ virtuoso” no es tanto el hombre capaz de hacer todo para conseguir sus fines  sino el hombre que es capaz de hacer que sus actos, a los ojos de todos, tengan una “ gloria inmortal”. La gloria y la grandeza no se miden por el resultado de la acción pues importa poco si obtiene éxito o no en definitiva sino por el poder de revelación  de la acción: el héroe es aquel que se afirma en el espacio político de la apariencia como un hombre que ha intentado interrumpir el automatismo del proceso histórico en curso, que ha intentado oponer un nuevo orden a los acontecimientos d e l a historia.  A decir verdad es mas habitual que le verdadero héroe es el que fracasa. Pero que su suerte, lejos de ser trágica es solamente dramática: puede inscribirse en la historia, aparecer en un relato que aumenta aun más la gloria y la inmortalidad a los ojos d e los hombres. Maquiavelo pone al descubierto  una intuición característica del pensamiento político de los antiguos, según la cual el arte d ela política se compara a otras artes de ejecución tales como la danza, el teatro o la música, que s e bastan a  si mismos , que tienen en su propia actividad, su propia finalidad. Maquiavelo, escritor político, se sitúa también en la “ antifilosofia  política” y como un anti-Platon. El autor de la República es  es quien nos  ha conducido  particularmente a la devaluación de las apariencias y del arte
Asi pues, al diseñar una historia d e la filosofía contemplada desde unas lentes arentianas, a través de sus  imágenes mas significativas M. Abensour trata de deducir el sentido de la relación que tiene Arendt con la filosofía occidental. Es mas, por encima del caso Arendt, el libro de Abensour plantea la cuestión de la naturaleza y el papel del filósofo político. ¿Cual es el sentido d e la filosofa política hoy?¿ Es aun posible? ¿ Es deseable? El “ retorno a la filosofía política” del que se nos habla tato desde hace una decena de años ¿ es conforme a las modalidades, supuestos , conclusiones y orientaciones indicadas en el pensamiento de Arendt? ¿ Que han hecho con Arendt todos esos filósofos del retorno a la política que se reclaman  partidarios suyos?. La ordenación filosófica de una realidad que se supone anárquica o caótica ¿ es el gesto que Arendt deseaba?  
¿No es mas bien  ese paso, muy el contrario, bajo la coartada de una vuelta a la política, una restauración, el entierro y embalsamamiento de un pensamiento que previamente se ha domesticado? Parece mas bien que el pensamiento de Arendt nos invita en realidad a redescubrir, bajo  el asfalto que pavimenta la filosofía  política, la playa de “otra tradición”, una “ tradición escondida”. No un pensamiento policial de vuelta  a un orden social sino un verdadero pensamiento político que invente el lazo social ,  el estar juntos.

Miguel Abensour, Hannah Arendt contre la philosophie politique ? Sens et Tonka éditeurs, 2006, 260 p.
Miguel Abensour es profesor  emérito de filosofía Política en la Universidad de Parios VII. Ha publicado numerosas obras de fiolosiofia política y enrte ellas , L’esprit des lois sauvages, Pierre Clastres (Seuil, 1987), L’Utopie de Thomas More à Walter Benjamin (Sens et Tonka, 2000), La démocratie contre l’Etat, Marx et le moment machiavélien (Le Félin, 2004 – réédition).

No hay comentarios: